La generosidad fomenta la conexión social y beneficia a quien la ejerce
Transformar las buenas acciones en buenos sentimientos, y que estos sentimientos nos hagan más felices y fomenten la conexión social fue el tema central de una investigación desarrollada por Lara Aknin de la Universidad canadiense Simon Fraser (SFU). A partir de este trabajo, por primera vez se hallaron datos sobre cómo la conexión social ayuda a convertir el comportamiento generoso en sensaciones positivas para quien ejerce una acción de generosidad.
Asimismo, la investigación tiene implicaciones para las organizaciones sin fines de lucro que promueven beneficios para la sociedad. El objetivo es determinar que si al ser generosos tenemos una mayor sensación de felicidad, podríamos aumentar la cuota de generosidad con más frecuencia de lo habitual al mismo tiempo que fomentamos la conexión social, con repercusiones positivas para todo el conjunto de la sociedad.
Si bien las personas generosas se sienten más felices cuando brindan algo a personas conocidas, el sólo hecho de dar a los demás fomenta la conexión social aún con desconocidos. Si las personas con tendencia a la generosidad se sienten cada vez más felices y conectados socialmente, ellos mismos pueden convertirse en defensores de la causa en la que trabajan y generar un contagio social a través del marketing espontáneo.
Sumado a estos beneficios, la investigación demostró un efecto positivo sobre la felicidad que genera la interacción social y la participación en el trabajo voluntario. Cada vez estamos más cerca de comprender que la generosidad es un valor que se hace presente en conexión con los demás. No podemos estar felices o sentirnos bien si teniendo la capacidad de brindar algo a los demás no lo hacemos. Como seres humanos necesitamos estimular ese lado generoso que no sólo nos favorece a nosotros mismos sino a toda la sociedad.